Menena Cottin

A veces el libro nace en la cabeza. Buscas una idea, una palabra, un recuerdo que prenda el chispazo. Otras, mientras duermes, sin aviso ni razón, se enciende una luz que te encandila y acaba con tu sueño, las palabras o las imágenes se disparan y te aturden, obedeciendo automatas las órdenes de la sinrazón. Otras veces, el libro nace de la mano sin cabeza. El lápiz juega sobre el papel, baila, da vueltas, hace garabatos y piruetas, entonces, de pronto el blanco infinito del papel, se convierte en escenario, las líneas cobran vida y comienza una nueva historia.