Brenda Bellorín

Colecciona CDs, libros para niños, accesorios de colores escandalosos, especias, fotógrafos (tiene más de cinco amigos cercanos con este oficio) y amigos coleccionistas, quienes a su vez coleccionan libros, discos, cromos, tarots, cuentas africanas, lápices y todo lo que quepa en un diminuto apartamento neoyorkino. Arquitecto de closet, clama ser embajadora del buen gusto. Tanto su afición por coleccionar, como su inclinación gráfica y cierta obsesión editorial, la han llevado a que algunos la consideren conocedora de los libros para niños. Además tiene el buen gusto de ser talentosa cocinera, lo cual le ofrece mucha tranquilidad, pues sabe que una vez que se desenmascare la leyenda, podrá seguir hacienda a la gente feliz, no con recomendaciones librescas, sino con generosas raciones de exóticas ensaladas. Hace poco se convirtió en madre putativa de Benito, un gato que nació sin cola. Benito es la más reciente adquisición entre su colección de afectos y probablemente sea, algún día que ella se aficione por escribir cuentos, protagonista de alguna historia intrincada de aventuras.